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  • Foto del escritorRafaa VillaR

Kerosene Mind

[11/1, 12:10 a.m.] Judas Caín: La noche se siente más fría que otros días. Veo el cielo y miro las mismas tres estrellas que veía de niño. Son las mismas estrellas pero hoy se ven con menos brillo, son las mismas estrellas pero ya no las admiro de la misma manera.


Las flores ya han perdido su color, me siento en un constante blanco y negro y las lágrimas ya no pueden ser contenidas. Son arrastradas por la gravedad y cortan mi rostro. Pesan, pesan estas gotas saladas, tanto como pesan mis pensamientos.


Siempre corrí al encuentro de mis sueños, siempre corrí positivamente por las constelaciones que cubren mi cabeza, hoy todas esas estrellas han caído.


Acabo de tener un sueño, soñé que conseguí todo lo que un día quise. Soñé que lograba todo lo que un día pensé que era mi propio propósito en la vida.


No es nada de lo que puedes estar pensando que era mi sueño, morfeo podría estar catalogándolo como una pesadilla.

Si soy completamente sincero, soñé que tenía el poder de volar, tenía dos alas inmensas. Así que me elevé hasta el noveno cielo y me dejé caer, arranqué todas mis plumas y colisioné con toda mi chocante realidad. Nadie lo notó; mí partida. no Hubo lágrimas, no hubo flores, no hubo arrepentimientos.


Me desperté y encontré sus ojos pegados a mi cara, sus labios me decían que nada en absoluto podría dañarme nunca más, pero, esos labios saben mentir.

Toqué fondo pero sigo cayendo, toqué fondo pero sigo quitándome las plumas, toqué fondo pero sigo creyendo en el movimiento de sus labios.


Los muros que cubrían mi gran ciudad han sido derrotados para nunca más volver a ser reconstruidos.

Siento que soy un mal holograma, un holograma con mala imagen y mal diseñado. Siento que mis piernas no pueden con un peso más, me siento apaleado fuertemente por los malos recuerdos, me siento completamente derrotado en mi propia mesa de juego; Como un simple hombre que se comporta como un niño, aunque mida casi metro ochenta, me siento diminuto.


El sueño se repite una y otra vez, sigue su camino cada día, cada caída duele menos, ni siquiera yo puedo percatar mi propia pérdida.

Las plumas siempre desaparecen, tu sigues diciendo la misma floja mentira. Caer ya no me duele y quien seas tú quien me dispara desde abajo, tampoco.


RafaA VillaR.

11/01/2020


Este escrito va dedicado a la persona dueña del chat en el cual escribí cada una de estas palabras esa madrugada de enero. Te mando un beso en esos ojos dormidos.





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