Entre el cielo y la tierra, todo esta y sigue estando oculto. ¡maldición! sigo dando vuelta en los mismos pensamientos, solo soy un hombre haciendo las cosas que hacen los hombres, pero cada vez que tomabas mi mano era casi que espiritual.
Existen pecados que creemos que no lo son, existen conjuros mentales que creemos que no hacen daño. pasé de ser una oración elevada a los cielos a ser una simple abnegación de los verdaderos hechos que recorren tus venas.
Es pecado mentir, es pecado robar, es pecado matar y sin embargo esos tres pecados pueden ser resumidos en uno: es pecado provocar tristeza, al punto de dibujar solo lagrimas en una cara que siempre quiso hacerte feliz.
¿Quien puede llegar a estar exento de ese pecado? alguna vez en la vida, así sea sin haber querido, hemos llenado de lagrimas algún rostro. las cosas se agravan cuando el pecado es sobre nuestro propio cuerpo, sí vamos por allí auto provocando llantos, las malas decisiones que tomamos, las personas a las que decidimos amar, las cosas que decidimos seguir por costumbre, toda y cada una de esas cosas nos siguen haciendo una ofrenda expiatoria, nos vemos arder en las llamas y nos quedamos inmóviles porque creemos que así nuestros errores serán pagos, y es allí donde esta el error.
Seguiremos pecando contra los demás, quebrando vidas por un mordisco del fruto, seguiremos vendiendo vínculos por veinte monedas de plata. ya hemos perdido este juego, seguimos encerrados en el mismo circulo intentando mover nuestras fichas, seguimos buscando un paraíso que no regresará.
RafaA VillaR
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