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Foto del escritorRafaa VillaR

Hýpnos

Bereshit *

[ Trecientos cincuenta y cuatro mil días, sí 354.000 días contados desde mi creación. Noventa y seis años y diez meses. Parece mucho desde una perspectiva, para mí ha sido más que mucho. Llevé más de una vida dando vueltas en ese espacio negro, llevé más de dos buscando alguien más en esta vacía tiniebla.


Esta soledad ha consumido mis más profundos adentros, todos a los que un día he amado me han fallado sin pensarlo dos veces. En el principio todo era una absurda nada, yo estaba en la nada y yo la nada era. Vi nacer la historia desde mis ojos, vi nacer una civilización de criaturas aladas, creé con mis propias manos una legión de cuervos blancos.

Un velo de espesa oscuridad rondaba mis ojos, una oscuridad tan cegadora, tan pesada. Pero, a pesar de ser tan pesada fue más sublime que las cosas venideras. Comencé a jugar a la guerra conmigo mismo e hice del caos una de las más perfectas incongruencias.


Hice mis dos mayores creaciones y empezó a haber un amanecer y un crepúsculo y la noche, aunque oscura, nunca más estuvo sola. Las únicas dos creaciones que han sido fieles, y aunque se han llevado un poco el crédito muchas veces, sigo siendo su orgulloso creador.

Llegué a ver como todo tenía un rostro, un cuerpo o un brillo, algo visible, entonces creé el odio. Empecé a odiar todo lo que tuviera una forma material. El tiempo sigue pasando, pero yo, yo no dejaba de ser un espíritu translúcido corriendo de un lugar a otro.


Creé al primer hombre y el amor nació con él. Creé la primera mujer y la pasión nació con ella. Mi amor y pasión escaparon juntos en un caballo del edén, mi hijo fue ese caballo, se fueron con él en su regazo. Abandonaron mi propuesta de eternidad infinita.

Me abandonaron sin pensar dos veces en las consecuencias o el dolor causado. Recogí mi invisible rostro del piso y seguí adelante con esta angustiosa odisea.


Decidí no crear más, decidí entrar en un descanso eterno, decidí mirar cómo se repetía la historia una vez tras otra. He tomado todo este séptimo día para escribir esto. Me he tomado el descanso para escribir esta parte de la historia. Sí, me he demorado, pero porque cada palabra es una decepción, cada estrofa es sangre invisible que sale de mis ojos inexistentes.


Me han matado mas de una vez, cada rechazo, cada lagrima falsa, cada incienso quemado es una puñalada a mi inmortal corazón, un corazón invisible, en el cual solo corre aire en vez de sangre. Ya estoy cansado de esta guerra eterna, estoy cansado de ver sangre corriendo por las nubes, estoy extasiado hasta la médula de ver alas caídas.


Es duro ver tanto odio, es duro ver a tus hijos morir en vano, es duro ver todo eso y no poder hacer nada al respecto. Es duro morir, pero mas duro es vivir en esta eternidad tormentosa.

Si me preguntan la mejor manera de desaparecer, les diría que creen una civilización completa y luego se acuesten a dormir; el caos se encarga de hacer el resto. ]

Bereshit: Del hebreo Be-reshith son las primeras palabras de la Torá (y por ende del Tanaj) y significa «En (el) Principio»


RafaA VillaR



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