Tal vez la noche no sea tan oscura como temen y el día no sea tan claro como presumen. Tal vez la soledad no sea tan deprimente como imaginamos y estar acompañado no sea tan gratificante como esperamos. Tal vez la muerte no sea tan tortuosa y la vida no sea un conjunto de alegrías.
Cuando muero por las noches, suelo pedir a las estrellas que la oscuridad en mis ojos me acompañe por el resto de mis caminos, así la realidad no me golpearía tan fuerte.
Cuando mi mundo se nubla solo puedo pensar en esa tierra prometida que jamás llegó, y medito en el paraíso oscuro en el cual mi alma ha reposado hasta el día de hoy.
Estos pensamientos son insanos, pero es lo único que puedo hacer cuando la soledad abraza mis huesos.
Ellos dicen que soy muy joven para ver el mundo; pero yo digo, que ellos están demasiado viejos para ver el hoy y no vivir del ayer. Puedo ver cómo este mundo se retuerce hacia el último suelo; veo como las personas están hechas de un conjunto de mentiras, veo como condenan a los asesinatos, aun cuando ellos matan a diario con las palabras que salen de su boca.
Puedo ver cómo el mundo clama a sus habitantes sordos, veo como manda señales de humo que jamás serán vistas.
Pido a diario porque mis hilos no se sigan rompiendo, aunque si hablamos del presente tendría que haberlo escrito en singular, ya que solo guindo del hilo atado a mi cuello, y espero seguir guindado; La caída no sería nada satisfactoria.
me costó mucho elevarme, aunque tal vez ya esté en el suelo y no quiera admitirlo, estaba casi en la cima, pero todo se ha jodido; tengo que empezar de cero, recoger la sangre derramada y empezar a caminar de nuevo.
RafaA VillaR.
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