Tengo el pensamiento incrustado en mi mente, que mucho antes de nacer, pasamos muchos años siendo creados. Plasmados en el vacío, en la inmortalidad del pensamiento de la fuerza suprema, siendo formados a imagen y semejanza de lo que nos rodea; sí, siendo igual de hermosos como de incompletos, con muchos vacíos en el molde inicial, con muchas preguntas por las cuales la administración no da respuesta.
Pasamos los primeros cien años de nuestra vida siendo planeados, estudiando un sin numero de conectores, estudiando historias, conectando genes. También creo fielmente en que una vez nacemos es un dolor inimaginable, porque muy en el fondo sabemos que venimos a una interminable lucha y decisión entre las dualidades de las cuales se conforma nuestra vida.
Solo estamos ahí, en un estante metálico siendo codificados, viendo con los ojos bien abiertos esa pantalla negra con un infinito de códigos blancos. decidiendo como seremos, cuales serán nuestras debilidades y nuestras fortalezas, nuestros gustos, lo que odiamos; es como si estuviéramos en un gran vestíbulo lleno de un sinfín de prendas por elegir, prendas que nos vestirán por dentro, nuestra parte intangible.
Algo me hace caer en cuenta que duré mucho tiempo eligiendo mis prendas, tal vez sabría que no estaría en una paz duradera, tal vez ya sabia que estaría en un interminable viaje entre los placeres mas altos y los dolores mas perturbadores. Soy bastante joven si mi edad es contada en años, pero estoy completamente seguro que me llevó mas de una vida estar listo para estar hoy aquí escribiendo esto. He estado en un balance completo entre el cielo y el infierno, sigo estando en esa indecisión constante, Aun no he encontrado la paz que todos quieren, ni siquiera habiendo estado en ambos paraísos. se que el día que me vaya de esta tierra estaré en tranquilidad, porque por primera vez desde mi estado de in-creación dejaré de correr.
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